Agostina Rubini tenía 24 años y creció en Mar del Plata. Con su familia se había mudado a Mallorca en búsqueda de nuevas oportunidades y un futuro distinto. Allí estudió Diseño antes de cambiarse a la carrera de Integración Social, una disciplina dedicada a ayudar a personas en riesgo de exclusión. Su vida transcurría entre sus estudios y salidas con amigos hasta la noche del 2 de octubre, cuando fue vista por última vez.
Ella soñaba con esa vida en Mallorca, donde había encontrado su lugar y una vocación. Tenía interés en las Ciencias Sociales y quería brindar herramientas a quienes enfrentan situaciones de vulnerabilidad.
El 2 de octubre de 2024, Rubini había salido a tomar algo con un grupo de amigos en la zona del Paseo Marítimo de Palma. Horas después, desapareció sin dejar rastro. Su familia empezó una intensa búsqueda, mientras la ONG SOS Desaparecidos difundía imágenes con su cara y datos personales: pelo castaño y lacio, ojos marrones, 1,60 metros de altura y un tatuaje distintivo en la espalda.
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